ayer recordé aquello que me habías dicho el día que te fuiste. y recordándolo comencé a olvidarte, poco a poco. quizá aquel súbito olvido era una forma de retener un poco más tu rostro que ayer ya empezó a borrarse. no sé. la memoria es inadecuada. esta invasión del pasado envuelto en una frase tuya que ahora es mía, es la máxima señal de tu partida, pero sobretodo es el inicio de otra partida: la mía. mi partida que se marcha de ti, y de todos los recuerdos convertidos en olvidos.
entonces, pienso, que posiblemente la memoria me falla y que quizá mi recuerdo no es tan diáfano como aquella frase que aparece ahora, un poco tarde. ¿cuánto tiempo ha pasado? no sé. no me acuerdo. ojalá no me estuviera pasando esto que me pasa, que todavía no me pasaba. y es que... parece que te olvido.
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