Río Piedras, a Juank
su voz estaba rota.
me llegaba
como un río de piedras
que lo moja todo
en medio de ese
silencio tumultuoso
que nos vence a veces,
si estamos solos
y es de noche.
y es la ciudad.
cuando el cuerpo
no es más que el
episodio crítico de una
mínima trama
que llega afiebrada
hasta el otro lado
del teléfono.
y yo no soy yo.
yo sólo soy
esa otra voz
pegada a la suya.
montada en esa otra
que es ya tan mía.
un blando susurro que
se agita en su cabeza
como una de esas palomas
que llegan solas
a recoger el pan.
si es de noche
y hace frío
y estás en una isla
y pareces ciudad.
3 comentarios:
y por suerte la voz se quiebra, se rompe. Me encanta!
desvalijada, querida: eso es bello. me tienes que decir que andas tomando últimamente para escribir esas cosas. me encantaron tus últimos posts. y de acuerdo con ana, qué bien que la voz se quiebra.
beso grande
y el refraseo de esa paloma que cierra el breviario. bueno leerte, marga. un abrazo
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