para Mara Pastor
los cudriláteros de lluvia me persiguen. gracias a ella. me persiguen. quizá sea porque no ha parado de llover. llueve que te llueve, dice mi mamá. lo dice cuando sale de la casa, y otra vez, cuando llega cansada del trabajo. como si así se desquitara del agua. llueve que te llueve. cantaleta de la lluvia. yo, sentada en el centro de estos cuadriláteros de lluvia. yo, muy breve, muy ligera, abriendo un paraguas. sentada, piernas cruzadas, tremebundeando aguitas. yo, de rodillas en el centro, cerrando el paraguas. el agua entra. no me moja, el agua resbala por mis hombros, pero no me moja. es que ni siquiera puede, el agua, mojarse a sí misma. eso es lo raro de los cuadriláteros de lluvia. agua como brisa. agua seca. yo veo su boca en pleno vuelo. veo un micrófono, veo sus rizos atormentándonos a todos. y ella dice "cuadriláteros de lluvia." y yo supe, yo supe que esto me perseguiría. para siempre. ¿y qué? ella dice, ella dijo, "no se vive de la poesía, pero se está en ella". puede ser, pero yo siento que vivo, yo creo que por estos días me alimento, únicamente, de esos cuadriláteros de lluvia.
2 comentarios:
me gusta mucho el texto, marga, muchas gracias. y como te dije en otros lados, qué gusto que nos haya traído el recital, niuyorkina hasta aquí, pero claro, olvidé que los cuadriláteros nos trajeron.
*quise decir recital niuyorkino hasta aquí*
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