domingo, 27 de septiembre de 2009

alegría




no es esto que se escribe tan mecánicamente.
tan lleno de palabras grandes,
y de palabras pequeñas.
no soy yo entroncada a una silla, con el sol
servido en esta mesa, que a veces, se convierte
en escritorio. o al revés. la vida es fácil estos días:
“a comer… margarita, ven a comer, tienes que comer”
“ a leer, margarita, es domingo,
se acaba septiembre, hay que leer"


Suspensión obligatoria del dolor. Y eso duele.

no es tampoco la rasgadura que parece, aparece, detrás
de los árboles. no. no es una rasgadura, aunque todas estas
cosas se confunden. se me confunden. a mí.
es más bien eso, lo más sencillo.
es un pajarito. una vocecita. una canción pequeña que
salta
salta, salta.
un pico, una boquita de pájaro se suelta y salen esos como
silbidos que a veces imitamos.
(yo sé que todos ustedes han querido ser pájaros)
y eso está bien. que los pájaros canten. está bien.
pero yo no lo entiendo. cómo se rompe el silencio de todas
mis palabras con ese canto, con esa como canción
de pájaros. no lo entiendo. pero está bien.

he decidido llamarlo alegría. alegría pequeña, alegría alegre,
pueril, breve, como toda alegría debería ser. aspiraría a ser.

leve, intacta como boca de pájaro es mi alegría.

llena de gusanitos, llenita de agua. pero agua chiquita.
agua que no es agua. montón de gotitas.
alegría. gotas. canción.
yo no entiendo por qué cantan. pero está bien.

y he decidido llamar a esto alegría.