jueves, 16 de septiembre de 2010

La pobreza


Sin título, 1927
Arístides Fernández (Cuba, 1904-1934)




Ellas, tan débiles y tan inmortales, siguen caminando como en marcha de florecitas muertas. Casi borradas sus formas, casi apagados sus pasos. Por la eternidad.

1 comentario:

Blanco White dijo...

Multiplicidad contenida. La eternidad es quien las borra, es cierto. Pero la eternidad no es real. Si lo fuera, el movimiento no es posible. Si el movimiento no es posible, tampoco lo es el tiempo. Se reavivan los pétalos dentro de la multiplicidad contenida. Se reavivan porque todo ya es. En mi patio, se deshojan y enrarecen todas las flores. Todas que son una misma. Y ésta, me recuerda constantemente que mi final es el de todo, y que su muerte es su regreso.