miércoles, 20 de junio de 2012

partir el pan

las palabras caen sobre la ensalada. sus manos, las manos de ella, lloran sobre el pan. su risa sigue siendo igual. hay cosas que no cambian y sin embargo. el aire se tensa. el humo vuelve a llenarme toda. a veces la alegría pasa cuando el día se pone triste. cuando las hojas tiemblan y su risa, la misma risa, se suspende en otro tiempo. y vuelve todo aquello. el viento, la frente como vacía, el error aquél, la puerta cerrándose sobre tu rostro infiel. uno no sabe en dónde meterse hasta que escampen las voces, las miradas, el escándalo, la ternura arrebatada, el incendio en sus pupilas, el insomnio compartido, la tos y el miedo de la noche agarrándote los pies.
la pregunta sobre la eternidad se ha quedado sin contestar. parece que nos duele en los oídos. parece que duele no querer pensar.
nada ha cambiado y sin embargo. el hambre que sentiste un día regresa intacto. y tus manos, tus dos manos, sembrando pedacitos de muerte, sembrando el dolor sobre la ensalada que me preparas con tanto amor.
hay, siempre, que partir el pan, mientras nos miramos, llenos de silencio, llenos de bondad. 
como, bebo, duermo. todos los días se parecen. y sin embargo. 


1 comentario:

Blanco White dijo...

Muy bueno. Se lleva un cristo dentro que no sabe en ocasiones cómo vestir o hacia dónde se encamina. Abrazos.