miércoles, 21 de noviembre de 2007

La otra luz



a Alejandra

Y qué pesar se puede articular en este cuerpo hecho de luz?
¿Cómo llenar la página de sombras si un animal dorado
se ha metido en mi cuerpo?
No sé escribir la gracia que me rodea.

Los fantasmas salen asustados de mi piel.
Aquellos bordados hechos de lluvia, de insectos
y de manchas se me caen dejándome desnuda,
en tonos naranjas y lilas.

¿Quién abrió la puerta de aquella celda de muerte?
Camino como caminan los vivos,
me renuevo de memorias inventadas,
y me veo trepada en el tope de un árbol vuelta pájaro.

Abro mis alas y dejo caer todos mis muertos.
Un ejército de niñas me toma como rehén.
Río.

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